Susurros...

13 may 2010

[Susurros en los Pasillos del Neuropsiquiátrico]



[NECROFILIA en FA]


Enchufé la guitarra al amplificador, lo encendí y subí el volumen.
Hice el acorde más complicado, el que siempre me salió mal…
FA… Puto FA…
Los dedos duros, tensos, para no errar, para no desafinar.
Levanté la púa y pensé en las ganas que tenía de echarme un buen polvo.
Estalló el parlante, brotó una voz horrible, quizás la mía, quizás la tuya cuando tenés un orgasmo…
Esa voz me dijo que estaba muerto… Y solo.
[la gente no se acuesta con muertos… ¿O sí, Poe?]
Trastabillé, caí, se rompió el mástil de mi guitarra y se me clavó algo en la espalda.
Me cagué de risa, pensando en el pelotudo de mi profesor, que solía decir, frustrado y enojado, que yo no tenía oído.
Te cabe, forro.

[MALDECIDO]

La calle era más larga que cualquier otra calle… Y el Diablo, que esperaba al final, vestido de Enfermera puta, me dijo que las ratas no eran mis amigas… Después se rió y yo me hundí.
Estaba en las alcantarillas. Y cada paso era un eco. Tu nombre. El mío. Una canción. ¿Qué canción? Qué carajo te importa…
Llegué a una escalera y no la subí. Chupala, Diablo de mierda, si te pensás que voy a volver circular mi existencia.
Y me quedé entre el agua podrida, en la oscuridad… Las ratas me muerden… ya me contagiaron una enfermedad.
No son buenas amigas, pero son sinceras.
Además arriba se vive peor.

[ARENAS]

Caminé por la columna de un fósil de cinco mil años y justo en la última vértebra, porque mi suerte es una cagada, me resbalé y me caí… Las arenas movedizas me sacaron la ropa… pero nada más… Pasé la noche en el Desierto Antiguo, cagándome de frío, escuchando a la Luna, que contaba una historia bastante pelotuda que hablaba de un Dios que cambiaba de formas.
Me dormí de puro aburrimiento y me desperté en un basurero… Algo caminaba por mi espalda. Tiré un manotazo.
Una cucaracha.
La hice mierda.
Las cucarachas no valen nada.
La Luna seguía mirando. Pero no se animó a decir palabra.

[PIEDRAS]

Un Sapo Gigante me persiguió hasta la puerta de mi casa y cuando estaba por entrar me pasó la lengua, llenándome de una saliva espesa y fosforescente. Quise putearlo pero entonces se dio media vuelta y se fue, saltando feliz, destruyendo casas, autos, flores. No quise entrar a mi hogar, para no manchar los muebles y me fui a caminar por ahí, con la esperanza de que el asqueroso fluido desapareciera.
En la esquina un linyera me vio, se rió y me tiró un piedrazo. Después de ese primer golpe no dejaron de cascotearme por el transcurso de veintiocho días.
Cuando ya volvía a ser yo, cansado y golpeado, regresé a casa.
Pero ya no era mi casa.
Era un circo. Y alguien obligaba al Sapo Gigante a hacer piruetas.
Ya no saltaba ni era feliz.
La Justicia Divina es una poronga.

[DÍAS DE SOL]

Una mañana de Sol, camino a comprar el pan, presencié cómo un rayo mataba a un pibe bueno que no hacía nada ni era conocido de nadie.
Y los vecinos le echaron la culpa a los políticos y los de la panadería le echaron la culpa a los políticos y los pibes que tuvieron suerte porque no hubo clases le echaron la culpa a los políticos porque habían escuchado en casa a papá y mamá decir que todo era culpa de los políticos.
Creo, fehacientemente, mientras Dios se retuerce de risa por el chiste, que fue culpa del Servicio Meteorológico.
Ah, y mía.
Y tuya.
Más tuya que mía.

[IDA Y VUELTA]

“Vos te tomás todo muy en serio…”, me dijo y después cortó porque estaba ocupado, haciendo una monografía que podía ayudarle a comprender el comportamiento caprichoso del Fuego.
Me quedé pensando en eso y después de consultarlo mucho con oráculos internos fui hasta su casa y le tiré una molotov.
“Para mí que vos no te tomás nada en serio…”, exclamé, victorioso, cuando lo ví salir en llamas, gritando de dolor.
Me puse a bailar, de puro contento y me saltó una chispa.
Ahora los dos estamos muertos, pero felices.
Seguimos sin entendernos, pero ninguno estaba equivocado.

[HORCA]

“¡Mataron a una nena!”
Dijo un periodista escandaloso y todos me vinieron a buscar.
“¡Pero está durmiendo!”
Grité yo.
El juez se enojó mucho y decidió que la horca era la mejor opción. Pedí un deseo final, no me dieron bola y me colgaron en esa plaza horrible.
A la noche me aparecí en los sueños de la nena.
“¿Por qué no te despertaste, la concha de tu madre, asi no me mataban?”
“Porque te estaba esperando…”
Sonrió y me abrazó.
Los chicos, son chicos.

[DNE EHT]

Dibujé un pentagrama en el piso y recité un tema de los Doors al revés.
Apareció el espíritu de Jim Morrison y me dijo que podía elegir entre hacerle un pete o pedir un deseo.
Elegí el deseo, después de pensarlo mucho.
“¿Qué querés?”, preguntó.
Se lo susurré, con algo de timidez.
Unos segundos después estaba con mis amigos de la infancia, contándonos cuentos de terror, en una habitación oscura.
“Y esa es toda la historia…”, concluí, iluminando mi rostro con una linterna.
“Pero no contaste nada…”, dijeron, sin entender.
“Sí…”, retruqué. “Vamos a crecer… Fin”
Y aunque quise llorar ellos se rieron.
No sabían.
Pero yo sí.
Ya no es lo mismo.
Tendría que haber elegido el pete.

[CONDICIÓN]

En el noticiero dijeron que se escapó un demente del manicomio.
Un superhéroe salió a buscarlo y la policía cargó sus armas.
Yo lo esperé en casa, con una cerveza destapada.
Cuando entró por una ventana le di su vaso y se mandó un trago largo.
“Esta caliente, conchudo…”
Me encogí de hombros.
“¿Te das cuenta que vos y yo ya no nos entendemos, no?”
Lo ignoré. Saqué hierba del bolsillo y armé un cigarro.
“¿Querés?”
“Ya no te conozco…”
Las sirenas empezaron a sonar. Se aproximaban.
“¿Vas a dejar que vuelvan a llevarme… otra vez?”
Lo miré, sin pestañar.
“Eras mi mejor amigo…”, soltó lloriqueando, “Ahora no me creen que existas… Pero vos y yo compartimos muchas cosas, ¿te acordás? ¡¿Cuál es tu problema?!”
Se escucharon golpes en la puerta. Patadas. Botas.
“El problema es que empezaste a hablar en pretérito…”, le susurré, mientras forcejeaba entre los brazos de los enfermeros.

[NOVELA]

Rompíamos todo a patadas. No necesitábamos una masa, ni un palo, ni un tanque, ni nada.
Mujer pobre, chico rico… Se enamoran…
Y nosotros escribíamos: “Chico le mete los cuernos… Chica se prostituye…”
Y de tanto confiar en el mal final hicimos la Revolución.
Y de tanto que nos reímos del Mundo y su buen humor, del Mundo y su “vivieron felices”, terminamos vomitando…
Y en el vómito nos vimos reflejados.
“Las historias marcan la diferencia, la ficción es acción…”
Y se pegó un tiro certero, porque no podíamos terminar bien.
Y yo no sé como evitar estas ganas de durar.
Empieza una novela nueva en la tele.
Una vieja conchuda se moja con el galán de turno.
Y mi dolor no lo escucha nadie.
NADIE.
Hubiera preferido un CONTINUARÁ…

[HÉROE]

El monstruo más deforme se hizo amigo de la gente y dejo de ser especial.
“¿Jugamos…?”, pregunta.
“Volá de acá, pelotudo…”
Ahora él tiene muchos amigos… Todos le acarician la pija, todos lo masturban…
Mi amigo imaginario ahora es la prosti del barrio.
Ahora todos confían en cambiar el Mundo. Ahora todos se llenan la boca y el facebook y el blog y la puta que los parió.
Me voy a un bar y me tomó algo que no me gusta pero que me hace mierda. Mejor.
Pienso en Él.
Siempre pienso en Él.
“Nadie te va a coger como yo…”
Me gustaría ser el amigo imaginario de alguien.
Yo no traiciono.

"Me duele todo y no me importa nada..."
Caballito de Fuego, LOQUERO

4 Diálogos:

Tenshi Ibarrx dijo...

Muy bueno, che!!!!
Soy Yamamoto Tucker de facebook, este es mi blog, excelente cosillas, hombre.

Anónimo dijo...

hoy iba en el bus pensaba: yo soy mas hector q estaban, a veces cuelgo y soy mas abril. y en la moral de mis padres y el temor a lo desconocido esta en mi calabaza.

si fueras pintor te imagino con un chichillo en la mano acuchillando a una tela! y la tela q es solo eso una tela te responde mostrando su carne
NOVELA!!!! es la descripcion de lo q hace un verdadero artista

saludos cell

Anónimo dijo...

También escucho Seasons in the sun los domingos a las siete de la tarde... Probablemente también en otros momentos caóticos, demasiado comunes para mi cabeza últimamente. Estoy enamorada de tu locura Matías Córdoba de Avellaneda, nunca dejo de encontrarte y sorprenderme.

Y te extraño tanto!

Delfina Moreno Della Cecca dijo...

[Piedras] Me hizo acordar a la película El laberinto del fauno: clarísima en la mente tengo esa imagen del sapo pasando la lengua, y la sustancia que es su saliva toda viscosa, pegajosa, asquerosa.

Un beso!