[Experiment]

22 jul 2010

EXPERIMENTO Nro. 314
 [de los laboratorios de Planeta Oniria]



Caminá hasta el quiosco más cercano. Quedate a unos metros. Tené paciencia.
Prendé un pucho o dale marcha a los auriculares, como gustes. Refugiate del viento u ocultate del Sol, según el clima.
Tranquilo. Puede tardar.
Intentá, por sobre todo, no resultar sospechoso con tu actitud, no es la idea que alguien llame a la policía y te terminen deteniendo por portación de cara.
¿Qué esperás? Simple. Esperás a que un niño se acerque a comprar. Esperás a ese niño infaltable que se aproximará corriendo a la ventanilla y con ojos abiertos de par en par y ansiedad comprará una golosina o un paquete de figuritas.
Cuando eso ocurra prestá mucha atención.
No te pierdas ni un detalle de la cara de ese niño/a. Observalo cuando pague, despreocupado por el dinero, sin algo tan banal en la mente como: “Antes las figuritas eran más baratas”… Observá la sonrisa enorme, el éxtasis, la fascinación. Observá en esas pupilas lo grande y maravilloso que es el Mundo cuando tenés lo que querés…
[“¿Qué querés?
Un paquete de figuritas… o un chocolate. Cualquiera. Si es con maní, mejor.”]
Observá a ese niño y olvidate de que él te mire… Él está sumergido en sí, disfrutando.
Pleno.
Quizás tengás ganas de gritarle a esa pequeña personita que pronto todo cambiará en su vida, que ya no habrá simpleza, jamás, que despierte, por favor… Quizás quieras hacerlo por maldad (en definitiva ya creciste) o quizás quieras hacerlo por su bien (otro síntoma de que creciste).
Quizás prefieras quedarte callado y disfrutes del nudo en la garganta, de la falta de aire, de la nostalgia absoluta.
Quizás llores.
Lo único cierto es que acabo de arruinarte el día. Qué bien.
Otra vez solo, en tu rincón, fumando u escuchando música, pensando en el niño que se acaba de alejar con felicidad, vas a revisar tus bolsillos. Si tenés suerte encontrarás unas cuantas monedas.
¿Y entonces?
Supongo que esa parte te toca a vos descubrirla.

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