AURICULARES

25 abr 2011

TUS PALABRAS EN BOOMERANG



Escuchá: es una voz que dice que te conoce de antes de que vos te conocieras, que palpita donde vos pisas, que respira en cada partícula de oxígeno que se te mete, que te da vida, que te deja sediento en el desierto de la curiosidad, ansioso en la noche de la supervivencia, al palo en la montaña rusa de la mala leche, que te choca de frente, te saca fotos cuando ponés la cara de pelotudo y te afloja el cinturón en la curva más peligrosa.
“A veces falla. Vos, por las dudas, firmá acá”.
Escuchá: te cuentan un chiste que cuando termina dice que vos sos un gil de cuarta, que no juegues al comediante, que ahí tenes la pistola, que ponete las bolas del Padrino, volvela una de Tarantino.
“Loco, media pila”.
Escuchá: es el insultó más original, y se lo dijo un nene chiquito a su compañerito, porque estaban discutiendo sobre la posibilidad de que la seño tuviera conejos guardados en el guardapolvo.
“Debajo de los vestidos no hay conejos, pero sí está el agujero por el que se cayó Alicia”, con guiño de ojo, saludando al machismo de papá.
Escuchá: es un secreto, lo que vos ya sabías, lo que querías saber, lo que necesitabas considerar una duda, para poder intuir y no tomar la responsabilidad de accionar. Escuchá: te dieron el premio más grande, te llevás la medalla de oro, ahora subí al escenario y festejá, trata de explicarles a todas esas personas que te aplauden excitadas un poco de tu teoría sobre la tristeza que da pensar en la primer foto que te sacaste con tu mejor amigo, cuando la idea de eternizar un momento era tan absurda como dormir la siesta.
“Con el tiempo todos nos cansamos… Y, a la larga, siempre, pero siempre, necesitamos fotos”.
Escuchá: es una historia que quedó rebotando en las paredes de una cueva que huele mal, donde curtía un chamán con la posta: “¿Sabe´ qué? Esto es una mierda, vamos a ser más mierda”. Pitada larga, humo, sonrisita de dientes ausentes.
Escuchá: es un tema que habla de días como hoy, y dicen que lo escribió un chaboncito de tu edad, hace mucho, que se quedó en su casa encerrado un lindo día de sol, leyendo sobre otro chaboncito que, a su edad, ya había revolucionado la música.
Escuchá: son ruidos que no entendemos, que vienen del futuro, intermitencias, tus palabras en boomerang, inspirando tu pasado para que hagas el presente del futuro que ya te tocó desde el primer momento en que pudiste elegir.
“Pi… PiPiPi…Piiiiiii. PI”.
Escuchá: es una radio vieja, que habla de tu funeral, que te dice que las rutas son para accidentes, que si estás vivo es por un error en las cuentas, que los cómics hacen bien a la salud, que estudiar es una broma pesada.
“Má. Pá. Voy a ser un Superhéroe” (y después sólo dijiste mentiras: una tras otra).
Escuchá: son los ecos de las corridas, cuando la casa se prendió fuego, con tus cartas adentro, con la ropa interior sucia, los platos limpios.
“Me importa un huevo: las cucarachas lo van a sufrir más que yo”.
Escuchá: es el silencio. Y siempre estuvo ahí, escuchando.
Ahora te toca a vos.

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