Ni diez minutos

13 sept 2011

¿QUÉ QUERÉS SER CUANDO SEAS CHICO?





Se disipa el humo y entendés un poco más: el patio no está vacío, hay una fiesta llena de demonios, de brujas, de tipos con capas y sombreros altos. Hay un fuego en el centro y olor a verano muerto.
Resoplás, con ganas de fastidiar el ambiente, con los ojos entornados, los puños apretados, las uñas desgarrando, formando medias lunas en tus palmas, creando estigmas de frustración, miedo, ansiedad.
Creo que necesitamos fastidiarla seguido, para darnos unos cuantos latigazos de autocompasión, para demostrarnos que no somos dueños, para convencernos de que las cosas nos van mal, lo que significa, por supuesto, que nosotros no somos quienes tiramos los dados…  Ya es una injusticia que haya dados, ¿no?
“Bueno, hice lo mejor que pude”.
Querés decirle a los visitantes que se larguen, que están en tu territorio... No tardás ni diez minutos en estar del otro lado, levantando una copa, bailando con la Muerte, besando al Misterio, acariciándole las tetas a la Revelación, al cerebro estirado, derretido. Y sale humo. Humo negro.
Se disipa el humo y entiendo un poco más.
Compartimos el Aquelarre.
Y por las calles, apurados, presurosos, un poco con furia, un poco felices y tristes, ni siquiera cruzamos las miradas.
Tuviste un buen sueño.
Soñé con vos.



***


Es como decirle a tu yo chico que la sombra de ese día sólo era la ropa colgando del placar, que el ruido son los muebles, que esa sensación es una sugestión, que los muertos no visitan a los vivos, que nadie se te sienta en el borde de la cama por las madrugadas, que nadie tira arena para que sueñes, que los duendes no murmuran secretos, que nadie está tan loco como para querer abrir portales los días de luna llena.
"Entonces viví engañado..."
Y ahí va de nuevo: El gran pecado original. Que tire la primer piedra el que todavía revisa abajo de la cama, el que mira de reojo la puerta entreabierta, el que toca tembloroso la pared, en busca del interruptor. Que tire la primer piedra el que corre fuerte en las calles solitarias, el que cierra los ojos, el que aguanta la respiración.
Despertate. El juego consiste en comerte para atrás: si el pasado no tuvo monstruos entonces el futuro apesta.
¿Un montón de ropa apilada puede parecer un monstruo en la oscuridad? La ausencia de imaginación crea las excusas más ingeniosas.

0 Diálogos: