10 oct 2011


NUEVAS CONSTELACIONES


Confío en el no-future, que lejos de ser una negación es un signo en positivo, es la prueba de que siempre tuve una religión… Y no voy a inmolarme hoy, no tengo que dejar un cadáver bonito, porque no tengo que explicarle nada a nadie, porque no tengo miedo, porque sé qué cosa me espera, porque entendí que lo que carece de continuidad es el Mundo, que siempre es demasiado, que nunca se detiene, que se vuelve abstracto: un punto, en el medio de la nada… Podría ser cualquier cosa… O podría ser sólo eso: un punto. En el medio de la nada.
Entendí que mi futuro, que no es, siempre será, porque gracias a lo que voy a ser, fui.
No voy a transformarme en bandera y no voy a vestirme diferente para ser igual a los que no quieren ser iguales, porque no voy a tratar de encontrar el modo de que funcione mejor, porque como funciona está genial, porque se está derrumbando, porque se está deshaciendo, porque no me interesa meter las manos dentro de un engranaje que no comprendo del todo, porque no me quiero ensuciar al pedo, voy a ser sincero: no puedo hacer nada por nadie. No del modo que esperan.
Prefiero construir mi propio sistema solar, para que te tires a ver las estrellas y puedas encontrar constelaciones que nunca te imaginaste, dioses gigantes, antiguos, feroces. Vos y yo. Prefiero hacer lo que creo que sé hacer, antes de ser la oposición obligada, que sólo es otra forma de estar delimitado… No quiero encontrar la falla, quiero pintar el horizonte que va a ver esa persona que algún día ponga las bombas que creo que se deberían poner. 
Soy necesario para que las cosas sucedan, pero no quiero comprar el cartel de héroe, ni el de mártir, ni el de punk… QUIERO SER TODOS. 
No quiero ser el enemigo que está adentro, ni el amigo que se queda afuera.
Quiero ser los cinco segundos de error, el deja vú, la madrugada agitada.
Quiero dar lo que me hace bien, porque el resto son las suposiciones, las líneas correctas, en los renglones correctos. Y lo correcto te da aplausos, y los aplausos te dan un lugar, para que lo que no querés que exista se reformule. Una y otra vez. Después viene el discurso. APESTA.
Quiero no-future, porque entonces podría ser de cualquier modo, porque todo el pantano es para decir que me gustan las tardes de Sol. Porque el resto es secundario.
Porque valen más mis ganas de escribir un cómic, que mi odio hacia el noticiero.
En serio, no voy a ensuciarme las manos, no es lo que me interesa, así que si esperabas que te ayude a arrancar estás perdido. 
Prefiero que nos sentemos y esperemos al que tenga la capacidad de hacerlo.
Yo puedo quedarme con vos y puedo contarte una historia, dejarte una pregunta, robarte algo. Eso SÍ soy capaz de hacerlo. Es lo que me sale… Y juro que voy a poner todo mi espero en que te conmuevas. Capaz que, después de todo, lográs ponerte en movimiento.
Capaz que sólo necesitabas encontrarte.
No te preocupes por lo que viene, no te preocupes por la tormenta que va arrasar con toda esta mierda… preocupate por saber dónde estás parado y preguntate si es tu lugar. Preguntate si tus victorias son tuyas de verdad, si tus fracasos te pertenecen.
O dejá de preguntarte las cosas, por una vez.
No me des lo que necesito, dame lo mejor. Y confía en mi, que confío en el “no-future” con tanta fuerza y convicción como confío en el mañana.
Como confío en vos.

0 Diálogos: