escucho ofertas

1 ene 2012

SUENA EL TELÉFONO,
ATENDÉS Y ES UN CONTESTADOR

(paradojas comunicacionales)


Sí, todo esto es porque soy un cobarde, porque entendí algo, porque traicioné mi ingenuidad, siendo tan ingenuo… Quisiera no pensar así, pero sé que voy a morirme. 
Perdón.
Pero pasa que también pienso que si grito, si logro que vos, que no existís, te hagas real, respondiendo al estímulo que vomito, entonces, de algún modo, estoy siendo más realidades, lo que me desarma, lo que me vuelve un fractal de mi, un yo dentro del yo dentro del yo. De vos.
Es un laberinto de espejos, y de pronto, de tanto fingir una vida, empezás a estar vivo y sos todos tus yo. 
No encontraste la salida, te cansaste de buscar. Asumís todos esos caminos. Las alternativas; los pasadizos que no llevan a ningún lado, las vueltas sin sentido, los secretos en los rincones. 
Estás. Ya. Ahora.
¿Entendés?
Co-existimos. 
Nos aplastamos, nos pisamos, nos ocultamos, nos saludamos.
“Hola, ¿sos de verdad?”.
Y capaz que fuiste real en algún momento. Y ahora sos un reflejo, una nota desafinada pero fuerte, una porción de la pared que quedó sin pintar, una telaraña que te olvidaste de barrer. Sos el modo de definir otra realidad, que fue, que era.
¿Era?
¿Es?
Creo que de algún modo, si me estás escuchando es como que nos estamos dando un buen revolcón en una cabaña abandonada, súper embrujada, en la cima de una montaña fría en la re-concha de la lora. Creo que si podés escucharme es como que estamos descorchando una revolución y vamos a coger a lo bestia. 
Mal.
Entoces, si me escuchás, respondeme.

0 Diálogos: