invertir (pervertir)

28 ene 2012


DAME TUS OJOS,
y LLEVATE LA LAPICERA


No hace falta traje y corbata para hacer negocios.
Yo me paro en la esquina, a negociar pensamientos. Y te vendo mis convicciones de ayer, por un poco de la esperanza que tenés en tu chanchito de porcelana. 
Remato la fé en mi futuro, permuto mi espiritualidad por cualquier otra espiritualidad
(siempre es un buen negocio).
Te doy cuatro de mis mejores momentos de lucidez si me das esa puteada mágica que nunca me sale… Esa puteada que sé que está dando vueltas pero que nunca está a mano cuando más la preciso. Es una puteada de culto…
Ok, si la conseguís te doy cinco de mis historias. 
No hay devolución y no me hago cargo por la chapa y la pintura. El motor es puro.
Te lo firmó acá.
Me paro en la esquina, a tratar de equilibrar la economía emocional, que dicen que se está por ir a la mierda… Y ya nadie sabe qué conviene hacer con los corazones, que se devalúan mal.
“En estos días, lo peor que podés hacer es invertir en el corazón…”.
Pero claro, las noticias son noticias. 
Y hablan por hablar. 
Las noticias son un experimento social para transformar la realidad en base a predicciones mediocres… Si crees que algo es así, eso, inexorablemente, será así.
(Lo único que siempre fue real es el horóscopo:
LIBRA: no hace falta traje y corbata para hacer negocios)
¿Si te doy catorce insomnios, me das una de tus pesadillas?
Aprovechá mis suspiros, que van a dos por uno. Tres por uno. Cuatro por uno.
Dale que me sobran, te los regalo.
¿Y qué vas a hacer con tus ahorros?
Yo voy a apostar unas cuantas monedas al final inesperado, porque quisiera no pensarlo, pero es más fuerte el miedo. 
¿Pero qué hago si te llevás el miedo?
¿Qué hay después de no tener miedo?
Mirá, no lo tomés a mal, pero por hoy prefiero cerrar.
Y no me mires así...
Yo también soy ambicioso, sólo que mis ganancias no se suman, se transforman. 
Mañana vuelvo, 
temprano, 
a cumplir mi horario.
Soy un gran empresario.
Sin traje.
Ni corbata.

0 Diálogos: