táctil

8 may 2012


LAS CARICIAS TIENEN DEDOS
-sobre ramificaciones y sensaciones vivas-


Estirar la mano
y tocar
la pared de tu ser
que se esconde,
como a propósito
para sobrevivir;
como yo me escondo
al tocar,
fascinado
y
aturdido:
¿cuántos dedos recorrieron mi alma, sin que lo notara?
Estirar la mano 
y acariciar
la pintura lograda
a base de matar,
porque las líneas 
también son un dibujo;
como es un dibujo mi arma
apuntando,
desde
lo
alto:
¿cuántos paisajes dejé pasar pensando en la belleza de las palabras?
Estirar la mano
y soltar
el niño heredado
para que pueda olvidar,
porque el viaje se hace pesado
en el pasado que pasó;
como pasó el primer viaje
que realizaste
para
verme:
¿cuántos viajes no habría realizado si primero no hubieras viajado?
Somos mucha consecuencia,
de todo lo que tocamos.
Estirar la mano
y 
sangrar.

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