(o no)

1 ene 2013

EL ÚLTIMO CHOCOLATE DEL MUNDO



Estoy regalando todo,
incluso esos paquetes que están vacíos,
lo que me debe volver una especie de ladrón
el tipo al que darías una paliza
y
después
pasarías a visitar
(o no),
estoy regalando mis juguetes más caros
porque me río
de los instrumentos
que alguna vez
busqué para hacer real la ficción
hoy puedo agujerear tu corazón
sin necesidad
de
espadas de cartón
de espadas de las caras
a pilas
con luz
sonido
mucho color,
estoy regalando mi ropa favorita
la camisa de la suerte
el pantalón sobre el que vomité
cuando nos conocimos
el pantalón que vomitaste
la última noche juntos
porque estoy encerrado
desnudo
proyectando la imagen que me representa
que va y viene
que no se despeina
y aunque sospechen 
nunca van a entender 
con claridad
lo lejos
que
estoy,
estoy regalando los libros sagrados
los mejores cuentos de terror
esos que en la facu de Letras
hacen que se te rían en la cara,
y la cara que ponen los estudiantes reventaditos de salón
es la misma cara que una vez puso la pseudo hippie 
que hacía de psicóloga:
“ya se te va a pasar, son etapas,
nada más”
y los párrafos que leí alguna vez
me siguen pareciendo geniales
y ya aprendí a memorizar
lo único que vale la pena memorizar
que es que las historias son mis amigas
después la anmensia
y: “¿de qué trata ese libro?”
entonces: inventar,
y la historia no se repite
jamás,
así que ahí van;
estoy regalando los discos que me hicieron llorar:
dame un bondi
un viaje de más de 5 minutos
y le paso el trapo 
a tu músico gurú
ciego
sordo
mudo
toco todos los instrumentos
como te toco 
a
vos,
sin los sentidos
con 
la 
imaginación,
estoy regalando esa peli que me hizo entender
que yo ya existía
antes de nacer
que voy a seguir naciendo
que siempre van a filmar algo
referido a esta ecuación:
un poco de locura
nostalgia
ganas de estallar:
héroe,
y: ¿a quién voy a contarle, en la cama de hospital,
las peripecias,
los villanos,
el final?
llevate el guión
que quiero estar en sintonía con la escena
y va a ser la mejor actuación
con un oscar
directo
a 
la 
salvación,
estoy regalando las cartas y los cuadernos
para que nadie los encuentre
hoy me parece más atractivo ser el misterio
porque el asesino 
la víctima
el investigador
se quedan en la fiesta que armo los viernes
cuando imagino las calles de Londres
con la niebla
y 
el
amor,
estoy regalando mis letras
para que no lo puedas creer,
estoy regalando todo,
menos los chocolates que compré
pensando en vos
ayer,
eso me los quedo
y me los como
y me pregunto:
¿cuándo no tenga nada
igual 
me vas
a
reconocer?

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